
“Para qué quieren la libertad si no saben ser libres. Yo en algún momento decía y hacía lo que yo quería y argumentaba, “lo hago porque soy libre”,
Estando aquí, recién llegado escuchaba decir “busca tu libertad”, vende todo, pide prestado, no importa que la familia quede endeudada, lo importante es ser libre… y yo con 28 años encima y una sentencia larga.
En ese momento todo era gris, sentía demasiada tristeza, no tenía cabeza ni para pensar, la libertad se veía difícil de alcanzar.
Al paso del tiempo me he dado cuenta de que salen, pero luego regresan y entonces pienso; “para qué quieren la libertad si no saben ser libres. Yo en algún momento decía y hacía lo que yo quería y argumentaba, “lo hago porque soy libre”, gran tontería la mía confundir la libertad con el libertinaje. Entonces, comencé a conocer la libertad aquí en el encierro, qué curioso, un preso hablando de libertad, cuanto tiempo de mi vida estuve sujeto a cosas y personas hasta que sin darme cuenta me hice esclavo; esclavo del placer carnal confundiéndolo con amor, cuando mi verdadero amor lo conocí aquí, en el encierro. Esclavo de todo lo prohibido pensando que soy libre…
Recuerdo que a los 21 años me salí de mi casa por muchos meses y pensaba que eso era la libertad sin reglas, sin normas, sin nada que respetar… y aunque no delinquía era adicto a la cocaína y me hice esclavo de esa porquería.
Hoy te puedo decir que la libertad es como el amor, se conquista todos los días. Sólo hay que saber elegir aquello que es bueno y valioso para uno pero que no afecte a los demás; que ser libre es elegir lo conveniente, lo bueno, lo bello y asumir sus consecuencias, que ser libre es asumir las consecuencias de nuestras decisiones y saber elegir es ser responsable de lo que haces y dices y no dañar a los demás, la libertad debe ser también responsabilidad.
Estar aquí y no querer aceptar que te has equivocado y lastimado, sé que debo de mejorar, aprender, estar solo hace que te conozcas más, casi todos temen a la soledad, pero hacemos hasta lo imposible para apartar a las personas que nos quieren. Así lo hice yo, un orgullo malentendido, una soberbia descomunal y ese egoísmo de pensar que sólo yo sufro me impidió ver tantas cosas, queriendo en algunas ocasiones que alguien adivine lo que pienso, lo que quiero y lo que necesito; tan fácil que sería decir “me siento solo”, “te necesito”, “me he equivocado”; eso ya no funciona cuando te has apartado tanto.
Me creí insustituible y dejé pasar el tiempo, las personas se han acostumbrado a mi ausencia, a no hablar conmigo, creo que se han olvidado de mí. La vida parece injusta y dolorosa, a veces pienso volverme un ermitaño, le reclamo a Dios por qué me ha quitado tanto o alejado a las personas amadas de mi vida.
Me lamento porque me duele, pero no reprocho. Tengo claro que a cada acción una reacción ocurre, esto me lo decía mi persona favorita, la más amada. Trabajo en ser mejor pero no es tan sencillo, he logrado mejorar en algunos casos, sé que debo convertirme en una nueva versión de mí. Parece contradictorio, pero me estoy amando como nunca, hoy sé que puedo mejorar en todos los aspectos de mi vida, es cierto; conocerte es aceptarte y aceptarte te permite respetarte y quererte un poco más.