
Proverbio chino
Vivir de prisa, es no vivir
El sonido del silbato a medio día y los ladridos de los perros intentando disuadir la entrega de la correspondencia ponía emoción por recibir buenas nuevas; “Please mr. Postman” canción de The Beatles, dice: “Espere señor cartero, ¡oh sí! ¿Hay una carta en su bolso para mí? Por favor, por favor, señor cartero…”
Abrir el sobre, leer la carta o una notificación tan esperada como lo era el resultado de ingreso al bachillerato era todo un ritual, desdoblar la hoja para ver que la misiva estaba fechada uno o dos meses atrás dependiendo de la distancia. Había calma, serenidad, espera.
Ante el avance de la tecnología, el ritmo avasallante y abrumador nos ha metido en una dinámica de ansiedad e inmediatez que nos hace vivir en un constante estrés, hoy cuando enviamos un mensaje y tiene las dos palomitas en color azul, desesperamos cuando han pasado un par de minutos sin respuesta, empezamos a hacernos una historia mental que en muchas ocasiones termina en una tempestad por el cúmulo de pensamientos que generamos desapegados a la realidad, en muchas ocasiones es tanto nuestra “necesidad” de respuesta que no pensamos en la otredad y sus ocupaciones.
Los pensamientos catastróficos
La tecnología simplifica y ayuda en muchas áreas de nuestra vida, sin embargo, sin un uso adecuado de la misma, esta nos anestesia, nos aleja de nosotros y de los demás. Hoy podemos saber en este mismo instante lo que sucede en Damasco, Siria, el punto más lejano de la tierra con respecto a la Ciudad de México, en donde escribo estas líneas; sin embargo, muchas veces no sé lo que pasa en el ecosistema interior de los más cercanos con los que habito en casa.
La prisa por saber lo que hay en las redes, lo que sucede en las noticias, por las respuestas de las personas con quienes interactúo nos hace menos sensibles, nos invita a la violencia.
Al no recibir en la inmediatez lo que queremos y de la forma en la que lo queremos, nuestras expectativas no cumplidas se convierten en frustración, misma que volvemos en agresión pasiva o activa para tratar de calmarnos. La prisa, entonces nos desconecta de nosotros mismos y de la otredad, porque ya no hay ternura, no nos vemos ni vemos a los demás, solamente actúa el impulso que trata de compensar esa experiencia.
Dejamos de ser bondadosos al querer respuestas inmediatas, dejamos de disfrutar la compañía, los lugares, las actividades que realizamos y nos volvemos en muchas ocasiones indolentes.
La prisa genera tensión en nuestro organismo, generamos estrés, mismo que libera cortisol (que genera la respuesta del miedo, corta la energía a los órganos concentrándola solo en el cerebro y los músculos) y adrenalina (que permite la respuesta de huida o lucha y hace que nuestra presión sanguínea y frecuencia cardiaca suban), los cuales ante una exposición prolongada también generan una adicción al drama, con lo que hacemos un círculo vicioso que nos envuelve en un malestar emocional continuo.
Estrategias para vivir sin prisa:
Juega contigo a las “estatuas de marfil” como cuando éramos niños que nos poníamos estáticos unos instantes, hoy ante la rutina tómate un espacio de cinco segundos para hacer un alto en algunos espacios del día.
Haz un escaneo de tu cuerpo, dales nombre a las sensaciones, emociones, sentimientos, estados emocionales y pregúntales sobre el mensaje que traen para ti. Respira profundamente y suelta tu cuerpo con fuerza tres veces.
Agradece darte cuenta y bendice el momento en que te encuentras en prisa y pregúntale como puedes regresar a la tranquilidad.
Elabora una lista de acciones, actividades que tengas que hacer en el día y dales su orden de importancia.
Cuando te sientas abrumado o abrumado pon en una hoja todas las cosas que te abruman, luego enlístalas en orden de prioridad y resuelve una por una, a nuestro cerebro le va bien enfocarse en una cosa a la vez, cuando lo sobrecargamos con todo lo que hay que resolver colapsa y nos impide avanzar, lo que genera más tarde la necesidad de la prisa para resolver los pendientes.
Te agradecemos tus comentarios e interacción sobre como manejas la prisa en tu vida, tómate un tiempo para reflexionar. Comenta y comparte.
