
Cansancio emocional
Desde hace unos días atrás me he sentido agotada: quiero dormir más de lo habitual, evito comunicarme con los míos, no quiero saber nada de redes sociales o noticias; solo quiero recostarme y olvidarme del mundo. ¿Qué me está sucediendo? A mi mente solo venía la respuesta: tengo cansancio emocional. ¿Cómo es eso? Me percaté que en los últimos quince días he asistido a tres velorios de gente cercana; que se acercan fechas significativas para mí; que económicamente no he estado tan sana (tengo adeudos en tarjetas sin una percepción económica, al menos por la quincena actual por una situación laboral de recontratación); que, a pesar de que laboralmente estaba en un receso vacacional, seguí trabajando, no me desconecté; de escuchar y empatizar con problemáticas personales de amigos cercanos.
El cansancio emocional es una sensación de agotamiento tanto mental como emocional. Puede ocurrir en diversas situaciones. Por ejemplo, cuando sentimos estrés, cuando sentimos situaciones emocionales intensas durante un periodo prolongado o que no hemos trabajado de manera consciente y se han quedado en nuestro interior de acontecimientos pasados. Lo anterior, afecta al bienestar. Una persona con cansancio emocional se siente drenada; sin energía o motivación para enfrentar las actividades del día a día. Reconocer este estado es importante para buscar formas de autocuidado y de recuperación.
Son varios factores los que están detrás de un cansancio emocional. Por ejemplo, la imposibilidad de construir los límites adecuados en las diversas áreas de la vida; el no escucharse de manera constante —dejarse llevar por las tareas del día a día y no parar a reflexionar sobre lo que sentimos y pensamos o de nuestra propia forma de actuar—; de no comunicar con los de nuestro alrededor nuestras necesidades y no pedir el apoyo que necesitemos (porque quizás no lo identifiquemos con claridad).
Lo que me ayuda:
Apapacharme. Es una palabra que implica un gesto cariñoso como un abrazo a uno mismo. Se asocia la autocompasión y al autocuidado. De comprenderme, evitar juzgarme y que mi voz interior sea con palabras de amor y respeto.
Organizar mi entorno (habitación, casa, trabajo; relaciones personales, actividades, gastos, pagos, descanso…) y respetar los tiempos.
Buscar actividades para mí, para mi reposo y descanso: ir al cine, hacer ejercicio, hacer lo que me gusta, como escribir ahora mismo cómo me siento.
