Autoconciencia y espacio…

Aprendizaje de habilidades para la vida

Autoconciencia y Espacio Vital

Uno de los grandes atributos de la condición humana es su impresionante facultad de reflexionar sobre sí mismo y hacerse preguntas tan profundas como, ¿quién soy? ¿Por qué soy así?  ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es el propósito de vivir? A este ejercicio de reflexión profunda es lo que se llama autoconciencia.

Somos la única especie sobre el planeta que tiene la capacidad de hacerse preguntas sobre sí mismo, y mientras más nos preguntemos, más nos conocemos y comprendemos nuestra manera de ser. Una tarea constante y para toda la vida porque mientras más respuestas encontremos más sentido tendrá la vida. 
Son dos los propósitos de la autoconciencia; indagar en nuestro interior para conocer nuestra identidad personal o centro de nuestra personalidad y, por otro lado, conocernos para desarrollar mayor autoconfianza y autoestima. Si no nos conocemos no podremos mejorar o reparar lo que somos. Si no nos conocemos no podemos llegar a aceptarnos y confiar en nosotros. La autoconciencia nos permite conocernos y amarnos.
La identidad personal se refiere al espacio vital y núcleo de nuestra personalidad; contiene todas las respuestas que hemos encontrado a la pregunta más interesante de nuestra existencia, ¿Quién soy?  Todo aquello que nos distingue como personas únicas e irrepetibles.  Es el espacio vital donde aguardamos todo lo que nos define: sentimientos, pensamientos, valores, creencias y formas de ver el mundo. Es nuestro espacio vital que contiene lo más íntimo y significativo de lo que somos.



Asimismo, la autoconciencia nos permite conocernos y aceptarnos, desarrollar un autoconcepto bueno y preciso de quienes somos, es decir, nuestra imagen personal que es el centro de nuestra autoestima. Esa actitud de respeto y amor por uno mismo, que nos integra, nos define y permite valorarnos y respetarnos. Si queremos tener una “buena autoestima”, hay que comenzar a conocernos porque, no se puede amar lo que no se conoce.
 
Cómo podemos comenzar a conocernos:
Identifica tus virtudes, cualidades y talentos, atrévete a pensar bien de ti y reconocer lo mejor que eres como persona. Escribe por lo menos 5 cualidades que te gusten de ti.
Reflexiona sobre los logros más importantes en tu vida, en el ámbito escolar, profesional o laboral. Enuméralos y escríbelos.
Identifica y descubre cuál es tu legado paterno, es decir, aquellos valores, capacidades y talentos que tus padres inculcaron en ti. Hazte la pregunta: ¿Qué de lo que eres como persona lo aprendiste de tus padres?
Identifica cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado en tu vida y recuerda lo qué hiciste para resolverlos. ¿Qué aprendiste en el proceso para superarlos?
Piensa en las personas que amas y te sientes cuidado y amado por ellos, Son las personas que conforman tu soporte emocional.  Son tu motivación y aliciente.